lunes, 27 de febrero de 2012

Mi carta al cielo.

Es hoy uno de los días en los que me gustaría volver al pasado, o quizás, escribirle una carta al cielo, o a un ángel, que pueda salvarme de este huracán. Día en el cual me replantearía el si beber una botella de vodka, por favor, que sea solo para mí, aunque lo odie. Día en el que me sentaría al lado de una ventana en la que caigan gotas, como si estuviesen a punto de cometer su propio suicidio; mientras me alimento de mi propio aire. Día en el que caen lágrimas ácidas, que en cuanto rozan con la piel, queman. Día en el que me siento apartada, diferente, sola. Día en el que únicamente tengo ganas de que todo se acabe ya, que no siga más, mientras le lloro al cielo.





Yo también pido para que por favor, que acabe ya.

martes, 21 de febrero de 2012

Siempre posando.

Ocultando quiénes somos, qué queremos, a qué tememos... lo ocultamos todo. Desde la mentira más piadosa hasta la verdad más dolorosa. Siempre temiendo lo que puedan pensar de nosotros, vivimos posando para la foto de la vida, la imagen que se quedarán de nosotros. Un recuerdo malo... podemos llegar a encerrarlo para siempre por el miedo a afrontarlo. Siempre llevamos la llave encima, aquella que guarda todos nuestros temores en sus baules correspondientes, pero ¿cuándo llegará el día en el que tendremos que perder esa llave, y tener que abrir el baúl a martillazos porque ya no podremos más con nuestros miedos, y habrá llegado la hora de afrontarlos?




Lies, livin in a fantasy, when you stop talking I start walking.

viernes, 10 de febrero de 2012

Mil trocitos que subirán al cielo.

Y mil gracias por darme esa oportunidad de ser rechazada, de romperme por dentro como si millones de cristales quebraran. Frágil como una muñeca de porcelana, esas que venden en cualquier tienda a la que tú no irías. Por eso no conoces mi estado, ni sabes como me siento ahora. Te crees fuerte, y quizás lo seas, pero por dentro no eres más que un barco de papel, porque sé que sabes que me has hecho daño, y que lo sientes mucho, pero yo no te perdonaré tan fácil. Las muñecas no sienten, no recuerdan, no olvidan, no lloran, no aman, no se estremecen al recordarte... Tampoco temen a la muerte, porque no mueren, se rompen en mil pedazos. Me siento una muñeca de porcelana frágil, que va a romperse dentro de poco.



#feelinglikeaporcelaindoll

lunes, 6 de febrero de 2012

Somos como náufragos.

Náufragos atrapados en una vida, que no sabemos a dónde vamos, ni cómo, ni con quién, ni cuándo... solo sabemos lo que ocurrirá, de forma idealista. Pero seguimos, de pie, o quizás con una pala y una tabla de madera, para navegar, y sumergirnos bajo las olas que arrasarán sobre nosotros, de alguna forma u otra, pero lo harán. Pasaremos por millones de baches que nos harán creer que ya no tenemos razones para creer en algo, hasta que nos damos cuenta, de que ese algo, es nuestra propia vida, la cual debemos cuidar y creer. Porque si creemos en algo será en lo que podamos hacer, durante este largo camino, llamado vida. Somos como náufragos, que si el destino nos lo permite, sabremos a donde vamos.